El Bueno, el Feo y el Malo



El Cortijo del fraile
Como en las dos películas anteriores, Leone volvió a Almería para realizar el rodaje de los exteriores del film. El desierto de Tabernas se convirtió de nuevo en un personaje más de la película y es que este paisaje agreste, desértico, teñido de ocre y polvoriento bien podría pasar por parte del elenco de actores que participaron en la película. Los paisajes que aparecen como telón de fondo aportan un ambiente árido con el que el espectador acaba por asimilar al temperamento de los protagonistas. Un paisaje cruel por el que los actores pasearían durante interminables días de rodaje bajo el sol de nuestra tierra. Rodada entre abril y julio del año 1966, Leone eligió, además de Almería, Burgos y Granada para rodar las escenas que transcurren en los exteriores. 

Tabernas
El parque natural de Cabo de Gata se convirtió en el paisaje perfecto en el que filmar las escenas del desierto, El Cortijo del fraile se transformó de nuevo en set de rodaje y el municipio de Tabernas simuló convertirse en las calles de Santa Fe. Lugares todos ellos que aún hoy recuerdan el paso de Clint Eastwood y de Leone, y que fueron escenario también de las múltiples anécdotas que derivaron del rodaje.
Una de ellas hace referencia al puente que el Bueno y el Feo hacen explotar. Se trataba de un puente real que había sido construido por el ejército español.
Éste último aceptó la petición del director de volar el puente siempre y cuando fueran ellos los encargados de hacerlo. En el momento de la explosión, y a causa de un error de planificación, no había ni una sola cámara filmando. El ejército volvió a levantarlo para poder explosionarlo de nuevo, estaban apenados.

La tercera parte de esta trilogía acabó por encumbrar a su director y a nuestra provincia como uno de los lugares idóneos en los que rodar.




0 comentarios:

Publicar un comentario